En la saga de ciencia ficción Terminator, el programa de inteligencia artificial Skynet va generando una serie de ciborgs asesinos en su lucha contra los humanos. Cada uno de ellos es más evolucionado que el anterior, como respuesta al fracaso de sus predecesores. Es decir, va adaptando su respuesta a la situación de cada momento.
Hace unos días publiqué un comentario en Facebook que generó cierta polémica. Hacía referencia a la ausencia de firmas femeninas en las secciones de Opinión de los diarios, destacando en cambio que en las secciones de Gente -o Moda- ellas sí que son mayoría. El debate tardó poco en prender. Incluyendo mayoría de periodistas, como es lógico, pues buena parte de mis contactos en Facebook lo son.
El tema me resultaba curioso porque los medios de comunicación en estos años han contribuido muchísimo extender la idea de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. En cambio internamente, al menos en este caso, no parecen seguir este relato.
El asunto se puede resolver con una explicación relativamente sencilla: las secciones de Opinión son las más tradicionales de los medios, las que retienen en mayor medida el ADN original de la prensa moderna, la que nació entre los siglos XVIII y XIX. Aquellos foros donde las élites culturales creaban la opinión pública. Es de esperar que estas páginas (o url, tanto da) sean por tanto más tradicionales en su funcionamiento interno.
Pero lo interesante de todo esto es que refleja hasta qué punto las empresas periodísticas siguen teniendo -a pesar de sus esfuerzos- serias dificultades para adaptarse a los tiempos.
Hoy la tecnología, las máquinas, también tienen mucho que decir en el periodismo, pero esta vez bajo control del periodista y de los medios. Hace una década se hablaba del periodismo multimedia o digital. Hoy hay que hablar del periodista multiplataforma, aquel que además es capaz de manejarse con soltura en social media, mobile, SEO y analítica digital, al menos.
¿Para hacerlo todo al mismo tiempo? En absoluto. Para sacar el máximo partido al trabajo periodístico. Y si no empiezas a cumplir estos requisitos, es muy probable que, como los primeros ciborgs de Terminator, vengan otros más evolucionados que tú a hacer el trabajo.
El contenido de calidad seguirá siendo el centro de todo, sin duda. Pero cada vez con más apoyos de herramientas que no se crearon dentro del ecosistema de los medios, por cierto. Términos como data-driven content o contenido guiado por datos ya se empiezan a manejar con soltura en el mundo del marketing de contenidos. Y es que hoy por hoy son ellas, las marcas, las que parece ser las nuevas T-1000 de los contenidos y las audiencias.
Todo eso, lejos de perjudicarnos a los periodistas o a los medios, nos ofrece una nueva y excitante oportunidad de contribuir a un mundo que inevitablemente progresa. De manera desigual y a rachas, pero a largo plazo progresa.